Reflexión: ¿Cuánto gastamos en suscripciones online y realmente las necesitamos todas?

Me atrevo a decir que si hoy en día quieres tener la experiencia más agradable posible al navegar por internet, no podrás prescindir de pagar. Por ejemplo, YouTube, con la cantidad actual de anuncios, me parece casi imposible de ver, y el antes completamente gratuito Mapy.cz (ahora Mapy.com) ha bloqueado varias funciones detrás de un muro de pago. Sobre el hecho de que ver películas y series en servidores piratas es inmoral, espero no tener que discutir con nadie (sin mencionar que estos sitios suelen estar plagados del tipo de publicidad más molesto). Si lo ves como yo, te suscribes a Netflix aquí, a Disney+ por un tiempo allá, y terminas con varios pagos mensuales a cuestas.

Domina tus suscripciones antes de que te dominen a ti

La inspiración para escribir este texto me llegó con un correo electrónico de factura y una notificación de la aplicación bancaria, que me informaba sobre la renovación de la suscripción premium a la aplicación deportiva Strava por otros doce meses. Olvidé verificar mi estado de estudiante, por lo que en lugar de quinientas coronas, se me cobraron mil. 

Simplemente, ya tengo bastantes suscripciones como para poder orientarme fácilmente en ellas. Aunque no lamentaré demasiado otro año con Strava (como mucho, el hecho de haber pagado innecesariamente más de lo que debería), este incidente me hizo reflexionar por un momento sobre cuántos servicios online estoy pagando. Y si realmente los necesito todos.

Mi colección de suscripciones activas es la siguiente (espero no haber olvidado nada):

• YouTube Premium Estudiante – 129 CZK/mes
• Google One Estándar (200 GB) – 79,99 CZK/mes
• Apoyo al creador en HeroHero – 3 €/mes (alrededor de 80 CZK, dependiendo del tipo de cambio actual)
• Apoyo al creador en Patreon – 140 CZK/mes
• SkyShowtime (Estándar con anuncios) – 159 CZK/mes
• Strava – 999 CZK/año (antes 499,50 CZK/año)

En resumen, si no cancelara ninguna de las suscripciones, mi gasto anual ascendería a aproximadamente 8 mil coronas checas. Yo mismo me sorprendí un poco con esta cantidad, y eso sin contar los servicios a los que tengo acceso pero que paga otra persona (Netflix familiar, herramientas de la empresa, etc.). 

Es fácil desarrollar una adicción a la comodidad 

Todas las suscripciones ofrecen, de alguna forma, una mayor comodidad, a la que es fácil volverse adicto. Una vez que te acostumbras a ver series en una plataforma de streaming de pago, es muy probable que abandones los sitios piratas para siempre y prefieras suscribirte solo por un título (hablo por experiencia propia, me suscribí a SkyShowtime por la serie El Día del Chacal). 

Otro problema puede surgir cuando utilizas tus beneficios de suscripción tanto que dejan de ser suficientes. Entonces, quizás optes por un paquete más caro, como yo en el caso de Google One.

Los períodos de prueba son engañosos

Por último, me gustaría señalar el fenómeno de los períodos de prueba. Ya sabes cómo funciona. Instalas una aplicación y, justo después de iniciarla, te ofrece un período de prueba de la versión premium. Es gratis durante una semana, pero debes introducir los datos de tu tarjeta de crédito, y si no cancelas la suscripción justo antes de que finalice el período gratuito, se te cobrará el importe completo. Espero no ser el único que se suscribió a Voyo (ahora Oneplay) durante tres meses por pereza de cancelarlo…

¿Realmente las necesitamos todas?

Si estás pensando en comprar un nuevo teléfono, darte el lujo de un alojamiento un poco mejor en tus vacaciones el próximo verano o hacer feliz a alguien cercano, y te preguntas de dónde sacar el dinero, quizás sea el momento de reflexionar si no estás pagando por servicios que no utilizas. Y también pregúntate si, incluso aquellos que realmente no pagas por negligencia, los necesitas de verdad. 

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